Disco, discas, disca; discamos, discáis, discan.

Sepan ustedes, mecenas y amigos, que llevamos unos días escuchando el disco. Está acabado, sí, y si no lo han recibido en su correo electrónico es porque preferimos dejar pasar unas horas y no lanzar el retoño el Día de Difuntos. Suponemos que el lunes, a más tardar el martes (siempre se resiste uno un poco a emancipar un disco, momento desde el cual ya no cabe modificación o arrepentimiento de última hora...), podrán descargarlo y criticarlo.

De una cosa estamos seguros ahora que lo escuchamos con cierta, sólo cierta, perspectiva: nos sentimos muy orgullosos del resultado. Han sido 12 meses (¡un año!) de composición, arreglos, ensayos, planificación, campaña de crowdfunding, grabación, mezclas, etc. Grabado en El Escondite durante la última semana de abril de 2012, ha sido Yuri Méndez el encargado de hacer que suene como jamás hubiéramos imaginado, con un trabajo de mezclas increíble, del que, además, hemos aprendido muchísimo para el futuro. Aún hoy nos cuesta reconocer que nos gusta cómo suena nuestro disco, nos encanta, de hecho. Si no damos botes de alegría es por mero pudor. ¡En la intimidad sí que nos autocomplacemos a lo grande!

Entropía son 10 canciones, casi 50 minutos de música, de lo que ha sido el desván de Barrunto durante finales de 2011 y lo que llevamos de 2012. Ahora, en un mes escaso, será el tiempo del directo, de tocar y mancillar cualquier recuerdo que tengáis de estas canciones.

Damos gracias al Primer Motor Inmóvil (Aristóteles siempre en el recuerdo) por todo esto. Siempre podremos decir que hicimos un disco como queríamos, con la gente que queríamos y con medios con los que nunca podríamos haber contado de no haber sido por vosotros.

¡GRACIAS!

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