Cuaderno de viaje

Inauguramos esta humilde bitácora con el deseo de verter en ella nuestras ideas, contar nuestras aventuras, hablar sobre música y dejar un rastro que alguien, si quiere, pueda seguir.

No es ánimo de cultivar el propio ego lo que nos mueve, sino la firme convicción de que en Internet, como en las colas del banco a principios de mes, hay que abrirse paso poquito a poco. No cabe duda de que para cualquier grupo principiante es la única senda para llegar a dar conciertos algún día y, desde luego, es la manera más ágil de abrir las cajas de nuestros instrumentos al mayor número de gente en el menor número de notas.

Aquí habrá menos música y más palabra, unidades de ese lenguaje (el lenguaje, a secas) que se nos da tan mal a los que solemos hacer ruido. Hemos levantado la tapa del piano, bajo la cual estábamos aprisionados, pellizcando las cuerdas y leyendo partituras, nos hemos asido al inmarcesible diccionario de la escuela y aquí estamos. Por lo menos nos queda el consuelo de que, en esta época, escribir no significa gastar tinta y destrozar papel; si acaso watios, pero eso es más etéreo y no te machaca la conciencia hasta que llega la factura de la luz de vez en cuando.

A quien le quiera poner música a este cuaderno de viaje le remitimos, como siempre, a nuestro myspace o al last fm. Y espremos que les guste.

¡Un saludo!